Si ha dedicado alguna cantidad de tiempo a altos ejecutivos o líderes empresariales, probablemente haya descubierto que la mayoría de ellos no hablan como un empleado típico. Existe una confianza reconocible, timbre y claridad en su presencia vocal que puede motivar e inspirar a las masas.
Desde Benjamin Franklin hasta Martin Luther King Jr. y Bill Clinton, los grandes líderes son ante todo grandes comunicadores, todos los cuales son maestros de los ocho siguientes consejos para hablar.
1. Um, deja muletas verbales
Estas muletas son más pronunciadas durante las pausas que se producen durante la presentación de un discurso o una presentación. Pueden venir en la forma de sub-vocalizaciones ininteligibles como “um” y “er” que llenan torpemente el silencio, o como un gesto subconsciente habitual de tos, labio o uso excesivo de la mano. También se pueden manifestar como cualquier cantidad de tics verbales que pueden distraer y en última instancia socavar su credibilidad (piense en frases como “usted sabe”, “me gusta”, “francamente” u “para ser honesto”). El problema es que pocos de nosotros reconocemos nuestra propia dependencia de estas muletas.
La cura más rápida para esto es grabarse utilizando una aplicación de teléfono inteligente que habla de forma extemporánea durante uno o dos minutos sobre cualquier tema. Luego, escuche y cuente cuántas de estas muletas usa. Este ejercicio simple te ayudará a ser más consciente cuando hables.
2. Seguir adelante a pesar de los errores verbales
Si se equivoca o tropieza con las palabras mientras realiza una presentación o discurso, no se detenga y pida disculpas. Siga adelante como si nada hubiera pasado. La mayoría de las personas ni siquiera notan ese tipo de flubs verbales hasta que el hablante llama la atención innecesaria al detenerse y disculparse por el paso en falso.
3. Evita los calificadores introductorios
Estas son esas frases desechables que utilizamos en nuestro discurso para ser cortés o crear consenso: frases como “quizás”, “tipo de”, “con suerte” o cualquier otro derivado harinoso de la misma. solo le debilita a usted y a su estado como líder.
4. Termine las oraciones limpiamente
Con demasiada frecuencia, las personas hacen grandes puntos, pero siguen llegando al punto en que se detienen en una esquina y no saben cómo finalizar la conversación.
Entonces etiquetan una frase desechable que no agrega nada a la discusión. Ejemplos de estos tipos de nomenclatura lenta incluyen “y qué no”, “cosas por el estilo” y “ya sabes lo que estoy diciendo”.
Estos lapsos lingüísticos perezosos deben evitarse a toda costa.
5. Un pensamiento por oración
Este último consejo ayudará a eliminar la mayoría de los problemas antes mencionados. Cuando aislamos un concepto por oración, las pausas verbales entre oraciones pueden convertirse en poderosos captores de atención sin espacio para muletas. También hay menos posibilidades de una confusión verbal si cada oración es una idea única y nítida. Además, un concepto impactante atraviesa calificativos insignificantes y tagalongs de oraciones.
6. Una gran persona
No tiene que ser presidente de los Estados Unidos o incluso presidente de su propia empresa. Sin embargo, debe ser el mejor y más auténtico que pueda ser. Todo lo que es, su carácter y reputación, su personalidad y estilo, sus valores e incluso su sentido del humor, da forma al mensaje que escucha tu audiencia cuando habla.
No se escondas al costado del escenario en penumbra, esperando que la gente le ignore y mirando diapositivas de PowerPoint. Colóquese de tal manera que exija la atención de las personas. Hable de su experiencia sin necesariamente hablar de ustedi mismo. Cuente su propia historia de tal manera que ilustre la experiencia y las aspiraciones de su audiencia.
7. Un evento digno de mención
El evento, la hora y el lugar, la sala configurada, el horario, la audiencia, la ocasión y su propósito, pueden apoyar y reforzar su mensaje o sabotearlo. Así que preste atención a cada detalle. Diga no a las invitaciones para hablar en eventos que se reflejarían mal en usted o en su organización. No simplemente acepte lo que se está planeando. Como líder, usted tiene el poder y la responsabilidad de hacer no solo su discurso, sino que el evento sea un éxito.
3. Una idea convincente
El contenido es el rey. Cuando haya terminado de hablar, no quiere que las personas recuerden o comenten sobre su entrega, su estilo o, lo que es peor, sus diapositivas de PowerPoint. Quieres que piensen y discutan sus ideas. Una idea convincente se compone de:
Idea grande: presente una, y solo una, gran idea por discurso. Hazlo claro, audaz e interesante.
Estructura clara: construya su discurso en un esquema fuerte, atando las piezas de una manera simple y lógica. Recuerda: si confundes a las personas, dejarán de escucharte y nunca harán lo que les pidas.
Contar palabras: construya el discurso sobre sustantivos y verbos activos. Cuando se les da la opción de elegir entre palabras más largas, más impactantes y más cortas, más concretas, eligen lo último.
8. Una entrega magistral
La entrega implica usar su cuerpo y su voz para comunicar su mensaje. No es solo técnica. Se trata de proyectar su ser auténtico tan poderosamente como sea posible. Intente usar siempre su voz y gestos naturales, solo que sea más grande y más fuerte.
Puede ser un líder o un líder aspirante. Puede o no tener el título y la posición. Pero aún puede usar los principios que usan los líderes cuando hablan para influenciar e inspirar a su audiencia.